Una de las preocupaciones habituales de las personas que aumentan la familia con un cachorro es: “mi cachorro me muerde y no sé cómo pararlo”.

Morderlo todo, incluso nuestras manos y pies es una conducta frecuente y completamente normal en cachorros. No por eso significa que tengas que ir lleno de magulladuras mientras tu perro supera esta etapa.

Desde Izekan queremos darte algunos consejos prácticos para ayudarte a gestionar esta conducta de manera adecuada.

¿Por qué mi cachorro me muerde?

Como hemos comentado, que tu cachorro muerda es completamente normal, pues los cachorros exploran con la boca. Se relacionan con el entorno de este modo y así descubren nuevos materiales, objetos, texturas, etc.

Por otro lado, los perros también utilizan la mordida dentro del juego y como ya sabrás, los cachorros están llenos de energía y siempre dispuestos a jugar. Por eso, una de las principales “víctimas” de sus mordiscos son tus manos y pies. Los movimientos que hacemos al movernos incitan al pequeño a la persecución y la mordida, en definitiva, al juego.

Tu objetivo como su guía no debe ser “cómo enseñar al cachorro a no morder”, si no, “como enseñarle a morder con boca blanda”.

La inhibición de la mordida cuando mi cachorro me muerde

Cuando decimos que un perro tiene una buena inhibición de la mordida nos referimos a que sabe controlar la fuerza de sus mordiscos y es consciente del grado de presión que debe ejercer con sus dientes para no lastimarte.

La inhibición de la mordida se adquiere durante los primeros meses de vida. Bajo mi experiencia, nadie puede enseñarle tan bien como su madre y hermanos una correcta inhibición de la mordida al cachorro.

Por este y otros motivos, es tan importante que los cachorros permanezcan con su madre hasta, por lo menos, los dos meses de edad.

No obstante, si tu cachorro muerde fuerte hay maneras de ayudarle a desarrollar una boca blanda.

¿Cómo trabajar la inhibición de la mordida cuando mi cachorro me muerde fuerte?

Te proponemos unos sencillos pasos para este trabajo:

  • Proponle juego cuando esté tranquilo. Si está muy nervioso le va a ser muy complicado controlar la fuerza de su boca.
  • Tus movimientos tienen que ser suaves, no se trata de poner al cachorro como una moto.
  • Si tu cachorro te muerde demasiado fuerte, hazle saber al instante que te ha hecho daño con un “¡Ai!” y detén el juego. Tienes que dejar claro cuáles son los límites sin generar un conflicto entre él y tú.
  • Con algunos perros, nuestro quejido puede generar el efecto contrario y excitarles más. En ese caso, puedes poner una palabra en tono neutro como indicador de que así no vas a jugar con él y dejarlo solo unos segundos. Con esto buscamos crear una asociación entre morder demasiado fuerte y el fin del juego.
  • Reinicia de nuevo el juego en pocos minutos si tu cachorro está calmado.
  • Podrás aumentar la intensidad del juego si ves que tu cachorro sigue controlando su fuerza.

Control de impulsos en cachorros que muerden

Además de enseñar al cachorro que sus dientes duelen y que debe usarlos con cuidado, otro aspecto completamente necesario es empezar a entrenar al cachorro para controlar sus impulsos.

Con el control de impulsos se pretende capacitar al perro para poder pensar antes de actuar.

Con esto, los cachorros aprenden que el movimiento de nuestros pies, de la fregona o del trapo del polvo no es sinónimo de lanzarse a jugar. Así que empezamos a reducir las situaciones en que se verá tentado a morderte.

Los ejercicios de autocontrol también prepararán al cachorro para poder gestionar situaciones en su vida adulta: niños corriendo, bicicletas en marcha, pelotas en el parque, etc.

Necesitaríamos un post entero para hablar de cómo trabajar el control de impulsos (puede que lo escriba más pronto que tarde), pero los objetivos son:

  • Enseñar al cachorro a esperar para recibir lo que quiere. Solemos empezar a trabajar estos ejercicios con comida o juguetes.
  • Enseñarle que puede acceder a las cosas con una señal de liberación.
  • Aumentar los criterios de dificultad de manera progresiva, por ejemplo, añadiendo movimiento.

Todo esto se consigue sin correcciones ni castigos, simplemente jugando con las consecuencias de la respuesta del perro. Piensa que le estás enseñando cosas nuevas, no puedes regañar a tu perro por equivocarse en algo que no sabe.

Mi cachorro me muerde. Proporciónale alternativas

Ahora ya sabes cómo comportarte en las interacciones con tu cachorro, pero… ¿y si mi perro no para de morder? ¡No puedo estar todo el tiempo jugando con él! Efectivamente, no puedes.

Hay cachorros más enérgicos e intensos que otros y aunque son minoría, algunos hay que no tienen botón de OFF… Si de ellos depende no te dan tregua.

Algo útil es proporcionarles juguetes para morder y otras formas de estimulación mental que consigan que el perro gaste energía de una manera más independiente y relajada.

Es importante darles una alternativa anticipándote a esas horas en que el cachorro está más excitado.

Si tu cachorro ya puede salir a la calle puedes realizar todos los ejercicios excitatorios fuera y que en casa solo haya juegos que impliquen olfateo y concentración.

La calma inducida si tu cachorro muerde todo el tiempo

Si ya has cubierto las necesidades de tu cachorro: has jugado con él, ha paseado, habéis entrenado, le has preparado juegos de estimulación mental y te parece que no se le acaban nunca las pilas ha llegado la hora de la calma obligatoria.

Los perros deben aprender a calmarse y a que existen situaciones en la vida en que su única opción es aburrirse y relajarse.

Herramientas de inducción a la calma

Aunque describa estas herramientas al final del post, son para mí las más importantes, especialmente para los perros más nerviosos. Puedes inducir a tu perro a relajarse de diferentes maneras:

Transportín. Enseñar a los perros a permanecer tranquilos dentro del transportín desde cachorros y a que éste es su zona segura y de relax te facilita la vida a ti y a tu perro en muchas situaciones. Es importante trabajar la habituación al transportín de manera progresiva.

Punto fijo. Ponle la correa a tu cachorro, por ejemplo, cuando te sientas por la noche a mirar la tele. Colócale la camita al lado de tus pies y pisa correa dejándole la distancia justa para que tu perro no pueda corretear de un lado a otro, sino que la única opción de la que disponga sea permanecer en su cama y dormir. Empieza a crear el hábito de que después de cenar se acabó la juerga.

Parques para cachorros. Pueden ser otra estrategia para inducir la calma al cachorro.

Todas estas herramientas deben trabajarse primero fuera del contexto de excitación para que luego realmente ayuden a calmar al cachorro cuando esté nervioso. Además, son increíblemente útiles para empezar a trabajar la capacidad de frustración de los perros y prepararlos para la vida adulta: “No siempre puedes estar haciendo aquello que quieres”.

¡¡¡IMPORTANTE!!! Al cachorro nunca se le regaña, piensa que le estás enseñando las normas de convivencia. Tu cachorro no sabe lo que quieres de él, por lo que actúa según sus impulsos. Así que las normas se construyen con las consecuencias, pero siempre desde la calma y el respeto.

Conoce más conceptos interesantes sobre la educación del cachorro en nuestro post: Todo lo que debes saber para adiestrar a tu cachorro.

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